Sé que prometí postear algo referente a las aventuras que pasé en la Habana, sé que tengo tanto qué contar pero muy poco tiempo para escribir. Estoy pasando por un estado de desánimo, además me duele el cuerpo y acaba de pasarme una tos espantosa. Pero no son pretextos válidos para quedarme callada, voy a platicarles por lo menos del taller que fui a dar en el Centro Cultural "Ismaelillo", allá en Plaza de la Revolución; La Habana, Cuba. Fueron tres días, del 14 al 16 de agosto. Me impusieron un horario de 14:00 a 16:00 hrs. Feo horario para uno que está acostumbrado a los horarios mexicanos de después de las 16:00 hrs. pero no había de otra, al menos los primeros dos días, ya que el tercer día logré convencer a Don Florencio Hernández González, Director de este centro cultural y ex militante del Partido Comunista Cubano; de hacer las actividades después de las 16:00 hrs. En horario para mexicanos. De primera entrada les diré que no dii un taller de fomento a la lectura, sino de animación a la lectura, ya que los niños con los que estuve trabajando son niños lectores que de hecho asisten con regularidad a las actividades que se realizan en este centro cultural comunitario; mismo que les ofrece talleres de creación literaria, dibujo y música. Yo decidí titular mi taller "De México para Cuba", pero contrario a lo que yo había creído, mucho de lo que yo creía propio de nuestra cultura mexicana, en realidad también es parte de la cultura de los cubanos. La excepción fue la primera sesión, "Un cuento de leyenda", ya que en esta les leí las leyendas de "La mulata de Córdova", "El hombre que comió diablitos" y "El conejo en la luna". A los niños les gustaron mucho estas historias, y a cambio me contaron la Leyenda de "El abra de Yumurí", misma que más arriba les voy a postear. Además hicimos un monstruo colectivo, al cual también le inventamos entre todos una historia muy divertida. También la tendré que postear obviamente, son de las cosas que más satisfacción me dejaron en este viaje. La segunda sesión del taller "Poesía mexicana para niños cubanos" también fue todo un éxito. Jugamos con "El sol de Monterrey" de Alfonso Reyes e hicimos un juego de "la palabra metiche" con el poema "La Luna" de Jaime Sabines. Fue un gran día también. El tercer día también estuvo divertido, sólo que me llevé un gran chasco porque dicha sesión estaba dedicada a trabalenguas y refranes, pero ya se sabían casi todos los refranes y trabalenguas que yo llevaba preparados. Lo que salvó a este día fueron las retahílas, ya que esas no las conocían, y ahí nos tienen con la típica de "Hay un hoyo en el fondo de la mar... hay un palo en el hoyo en el fondo de la mar... " Así se pasaron los tres días, los niños que asistieron a este taller son de una condición económica superior a la de la mayoría de los cubanos, pero tampoco son ricos... Me habría gustado más trabajar con los niños más humildes, pero esto fue lo que me dieron y también aprendí de ellos. Aprendí la leyenda esta que postearé arriba, aprendí que "A la víbora, víbora de la mar..." es diferente a como la cantamos nosotros y aprendí también que los refranes y trabalenguas de dominio popular en México son de dominio popular en Cuba y probablemente son de dominio popular en toda Latinoamérica. Por otro lado, me llevé la sorpresa de que no conocen la leyenda de "La llorona", esa que todos los países latinoamericanos se adjudican a sí mismos.
No se acaba de aprender, los niños son unos grandes maestros y podría pasarme toda una vida con ellos y nunca dejaría de aprender.
DATO CURIOSO:
2 comentarios:
Pero RBD son casi dioses ¿no?
jaja
Se nota que te divertiste y aprendiste mucho. Mucho éxito y sigue cosechando lo que siembras. Verás que siempre te irá bien, pese a los dolores de cuerpo y la tos acostumbrados.
Besos y espero leer pronto el cuento del monstruo.
Pon la foto del nombre de tu taller :)
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