Bienvenido Fidel

Pues ahí tienen que acompañé a Víctor por sus lentes a una óptica chafita, de esas donde venden los lentes baratísimos, total que ni a él ni a mí nos duran más de un año. Había mucha gente y mientras buscaban el expediente de Víctor escuchamos su llanto, creo que nos olió desde lejos y dijo para sí: ¡estas han de ser buenas personas, tienen cara de consentidores! -¡un gatito! -dije, -sí, es que enfrente hay una tienda de mascotas, ¿quieres ir a ver?- y mientras seguían buscando cruzamos la calle y lo vimos encerrado en una pequeña jaula -miau miau -nos seguía diciendo, -¿ya viste?, ¡es con nosotros el asunto!, ¿lo compramos? -preguntó Víctor... y ahí nos tienes pagando la nota, esperando que lo desparasitaran, que la cartilla, instrucciones para cuidar un gato, etc. Y ahora llegamos a la casa felices y contentos; un tanto rasguñados, pues lo trajimos en la moto. Hicimos el bautizo exprés, se llamará Fidel. Eso sí, no le gusta la publicidad y le rehuye a las cámaras, hasta les pone la pata encima, pero después de tantos intentos, por fin logré sacarle unas fotos para presentárselos; y aquí lo tienen.